La educación, la tradición, la ignorancia, la propaganda, etc., reducen a una mera ilusión la supuesta libertad consciente del votante.
M. Seoane
Incursionando en la problemática educativa, encontramos una preocupante desarticulación y fraccionado interés de los entes responsables de su conducción, como de la sociedad en general. Aun carecemos de una conciencia plena, en considerar a la educación como base en la construcción de una autentica democracia y el pilar fundamental para que la sociedad afiance su progreso y desarrollo. Porque es de ahí, donde van surgir profesionales competentes, dirigentes comprometidos y futuros gobernantes que llevaran a mejor destino a nuestros pueblos.
En consecuencia, requerimos reconstruir el fraccionado interés, respondiendo las interrogantes, ¿El Estado esta cumpliendo el rol primigenio que le corresponde? ¿Los responsables de las instituciones involucradas en su conducción son conscientes su misión? ¿Los gobiernos intermedios muestran interés real en su mejoramiento? ¿Los medios de comunicación son consientes de su contribución en la despauperización? ¿La sociedad civil somos consientes de la anárquica situación y en que contribuimos a su solución?.
Nadie puede negar que la educación descendido en calidad y el magisterio en refugio de interesados en un empleo rápido y seguro. No era la vocación que los llamaba engrosar las filas de la carrera magisterial, sino el “último recurso” en sus aspiraciones y, sumado a los privilegios que gozaban e iban incrementándose. Se impulsó la universalización de la enseñanza, principalmente la primaria, pero perdimos en calidad profesional del docente, al no existir un criterio sano y razones técnicas para la selección y nombramiento. Corresponde enmendar los errores, acabando con los obstáculos y privilegios que retrasan el desarrollo. No puede ser posible, que la enseñanza sea complementaria en las actividades del docente, utilizándolo solo como relleno en sus horas libres, perjudicando a los jóvenes en su proceso de aprendizaje, además de su perdida de tiempo y economía.
Aparece el inusitado interés en la educación, solo en determinadas épocas del año, cuando deciden efectuar cambios al disconforme sistema. Saltan los grupos retrógrados que ven afectados sus privilegios y, pretenden que la educación siga como está, olvidándose el derecho de las mayorías y principalmente los jóvenes a recibir una educación de calidad. Su visión oblicua de la realidad no les advierte los cambios dinámicos que la sociedad a traviesa y vivimos la era de la globalización, en la sociedad del conocimiento y la competencia, donde es primordial desarrollar capacidades. En vez de ser actor social del cambio, guía de la juventud y hacedor de profesionales competentes y probos, cumplen la función turbadora de resistencia al cambio.
Revaluando sus componentes, concluimos que no es solo cuestión de sueldos y de mayor presupuesto para que la educación mejore, sino recuperar el interés y su importancia que hemos dejado de lado. Acaso no es verdad, que a los alumnos de antaño se les impartía una mejor educación y los maestros eran más respetados y respetables. No eran muchos y había en contados lugares, casi solo en capitales de distritos, pero nuestra sociedad era superior en respeto y práctica de valores. No existía la corrupción que hoy lacera nuestra sociedad y que es una consecuencia de nuestra mala formación. No era pues, el dinero que guiaba su accionar a los maestros de antaño, sino su noble vocación y el compromiso con la sociedad, sin problematizarse por infraestructura, capacitación ni materiales de enseñanza.
Somos consientes del déficit educativo y, que todo no solo es responsabilidad de un grupo o institución, hay niveles de responsabilidad. Asumamos nuestro compromiso, trabajando denodadamente desde la función o cargo que nos corresponde, articulando esfuerzos con la mayor concordia y decisión. Dejemos de mirar de reojo el problema, concentrémonos y afrontemos la atroz realidad con la necesaria y efectiva intervención de la autoridad local. Ya no seremos mas, presa fácil de ideologías desfasadas “ni conejillo de indias” de mercaderes de la política que encuentran en la democracia un instrumento para saciar sus ambiciones económicas.
Es necesario considerar también, que una de las consecuencias de nuestra malograda educación, es la migración y el centralismo; los padres de familia velando por la superación y mejor educación de sus hijos y la perdida de confianza en su profesor(a) de su localidad, los envían lejos de sus centros poblados, creyendo que la educación es mejor en las ciudades. Pero esto, no solo pasa en la mentalidad de nuestros pobladores, sino también de los maestros, que saben bien como es la enseñanza que ellos imparten, despachan primero a sus hijos, no solo a la capital sino que son el principal abastecedor de alumnos de los colegios particulares. En esta grisácea situación, los que más pierden son los niños y jóvenes por la desintegración familiar que ocasiona.
Revestir esta caótica realidad es tarea de todos. No dejar que la enseñanza se convierta en instrumento de lucro para sus promotores, tampoco aceptar la monserga de cualquier acto de mejoramiento o cambio es privatizar. Lo que corresponde es articular esfuerzos, para disminuir las diferencias entre colegios estatales y particulares, de las zonas rurales y urbanas. Logrando con ello, acabar con la exclusión y aumentar la eficiencia en todos los niveles desde el inicial hasta el universitario.
La población en general, principalmente los pobres son los que sustentan con gran sacrificio el funcionamiento del Estado, les corresponde a sus empleados o servidores públicos mayor consideración. La educación debe ser un estandarte, tanto del gobierno nacional, regional y local. Es imprescindible actuar hoy, mañana será tarde y como dice las letras de una hermosa canción, cuál va ser el porvenir de las generaciones venideras, si de herencia lo dejamos la ignorancia y la pobreza. Es hora de actuar.
Isaac Laurencio Boza
E mail: islwboza@hotmail.com
Blog: http://ilaurencioboza.blogspot.com
En consecuencia, requerimos reconstruir el fraccionado interés, respondiendo las interrogantes, ¿El Estado esta cumpliendo el rol primigenio que le corresponde? ¿Los responsables de las instituciones involucradas en su conducción son conscientes su misión? ¿Los gobiernos intermedios muestran interés real en su mejoramiento? ¿Los medios de comunicación son consientes de su contribución en la despauperización? ¿La sociedad civil somos consientes de la anárquica situación y en que contribuimos a su solución?.
Nadie puede negar que la educación descendido en calidad y el magisterio en refugio de interesados en un empleo rápido y seguro. No era la vocación que los llamaba engrosar las filas de la carrera magisterial, sino el “último recurso” en sus aspiraciones y, sumado a los privilegios que gozaban e iban incrementándose. Se impulsó la universalización de la enseñanza, principalmente la primaria, pero perdimos en calidad profesional del docente, al no existir un criterio sano y razones técnicas para la selección y nombramiento. Corresponde enmendar los errores, acabando con los obstáculos y privilegios que retrasan el desarrollo. No puede ser posible, que la enseñanza sea complementaria en las actividades del docente, utilizándolo solo como relleno en sus horas libres, perjudicando a los jóvenes en su proceso de aprendizaje, además de su perdida de tiempo y economía.
Aparece el inusitado interés en la educación, solo en determinadas épocas del año, cuando deciden efectuar cambios al disconforme sistema. Saltan los grupos retrógrados que ven afectados sus privilegios y, pretenden que la educación siga como está, olvidándose el derecho de las mayorías y principalmente los jóvenes a recibir una educación de calidad. Su visión oblicua de la realidad no les advierte los cambios dinámicos que la sociedad a traviesa y vivimos la era de la globalización, en la sociedad del conocimiento y la competencia, donde es primordial desarrollar capacidades. En vez de ser actor social del cambio, guía de la juventud y hacedor de profesionales competentes y probos, cumplen la función turbadora de resistencia al cambio.
Revaluando sus componentes, concluimos que no es solo cuestión de sueldos y de mayor presupuesto para que la educación mejore, sino recuperar el interés y su importancia que hemos dejado de lado. Acaso no es verdad, que a los alumnos de antaño se les impartía una mejor educación y los maestros eran más respetados y respetables. No eran muchos y había en contados lugares, casi solo en capitales de distritos, pero nuestra sociedad era superior en respeto y práctica de valores. No existía la corrupción que hoy lacera nuestra sociedad y que es una consecuencia de nuestra mala formación. No era pues, el dinero que guiaba su accionar a los maestros de antaño, sino su noble vocación y el compromiso con la sociedad, sin problematizarse por infraestructura, capacitación ni materiales de enseñanza.
Somos consientes del déficit educativo y, que todo no solo es responsabilidad de un grupo o institución, hay niveles de responsabilidad. Asumamos nuestro compromiso, trabajando denodadamente desde la función o cargo que nos corresponde, articulando esfuerzos con la mayor concordia y decisión. Dejemos de mirar de reojo el problema, concentrémonos y afrontemos la atroz realidad con la necesaria y efectiva intervención de la autoridad local. Ya no seremos mas, presa fácil de ideologías desfasadas “ni conejillo de indias” de mercaderes de la política que encuentran en la democracia un instrumento para saciar sus ambiciones económicas.
Es necesario considerar también, que una de las consecuencias de nuestra malograda educación, es la migración y el centralismo; los padres de familia velando por la superación y mejor educación de sus hijos y la perdida de confianza en su profesor(a) de su localidad, los envían lejos de sus centros poblados, creyendo que la educación es mejor en las ciudades. Pero esto, no solo pasa en la mentalidad de nuestros pobladores, sino también de los maestros, que saben bien como es la enseñanza que ellos imparten, despachan primero a sus hijos, no solo a la capital sino que son el principal abastecedor de alumnos de los colegios particulares. En esta grisácea situación, los que más pierden son los niños y jóvenes por la desintegración familiar que ocasiona.
Revestir esta caótica realidad es tarea de todos. No dejar que la enseñanza se convierta en instrumento de lucro para sus promotores, tampoco aceptar la monserga de cualquier acto de mejoramiento o cambio es privatizar. Lo que corresponde es articular esfuerzos, para disminuir las diferencias entre colegios estatales y particulares, de las zonas rurales y urbanas. Logrando con ello, acabar con la exclusión y aumentar la eficiencia en todos los niveles desde el inicial hasta el universitario.
La población en general, principalmente los pobres son los que sustentan con gran sacrificio el funcionamiento del Estado, les corresponde a sus empleados o servidores públicos mayor consideración. La educación debe ser un estandarte, tanto del gobierno nacional, regional y local. Es imprescindible actuar hoy, mañana será tarde y como dice las letras de una hermosa canción, cuál va ser el porvenir de las generaciones venideras, si de herencia lo dejamos la ignorancia y la pobreza. Es hora de actuar.
Isaac Laurencio Boza
E mail: islwboza@hotmail.com
Blog: http://ilaurencioboza.blogspot.com
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