ENTORNO A LOS 100 AÑOS DEL DÍA DE LA PLANTA
“Hay que
procurar despertar en nuestro pueblo el culto al árbol”.
M.C.E. (La
Tribuna)
En Vitarte, emblemático
distrito de una Lima en expansión, se funda un 2 de febrero de 1921 una de las
sedes de las universidades populares, impulsadas luego del Primer
Congreso de Estudiantes del Cusco de 1920. La dinámica universidad popular de
Vitarte, fomentaba entre los trabajadores reivindicaciones sociales,
culturales, ambientales y deportivas, impartidos por estudiantes y profesores
universitarios, dos veces por semana; ahí, en un ambiente festivo se instaura
el día central de la denominada “fiesta de la planta”, el 27 de
enero de 1922. En las fiestas de la planta, asistieron personalidades como José
Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre, Carlos Manuel Cox, Enrique
Cornejo, Manuel Seoane, Raúl Porras, Arturo Sabroso, entre otros.
Evocar esta fecha
trascendental, nos permite traer al recuerdo episodios de otras latitudes de
nuestra geografía nacional. En la parte andina de Huánuco, en versión de los
antiguos lugareños, nuestros cerros y quebradas eran eriazos y desolados, los
comuneros organizados, en faenas trasplantaban árboles y sembraban trasladando
de otras zonas para mejorar su biodiversidad. El “quinual”, es la
planta nativa que se difundió mejor por encontrarse en su habitad natural,
constituyéndose en un recurso vital para el despegue de las familias en las
comunidades.
El geógrafo huanuqueño Javier
Pulgar Vidal, recorriendo los diversos parajes de nuestro territorio y
recogiendo los saberes de sus habitantes, profundiza su investigación y plantea
la tesis de “las 8 regiones naturales”. Indudablemente, había
estudios y publicaciones que divergían de la simplista división del territorio
en 3 regiones, el mérito de Pulgar Vidal es captar la sabiduría de los
poblanos, concibiendo las diversidades ecológicas de las zonas en base al
clima, la altitud, su flora y fauna. El interés por nuestra naturaleza no
quedaba en el conocimiento de nuestras plantas nativas, se adoptaron plantas
oriundas de otras latitudes, como el Eucalipto traído de Australia, se
aclimato bien en las zonas andinas; sobre esta planta singular y de mayor
adaptación en nuestro territorio, el Dr. Pulgar Vidal escribió un libro “El
Eucalipto”, y se puede apreciar en la puerta de su domicilio en Lima,
una plantación del mismo.
En el valle del distrito de Jesús,
tierra de mis ancestros, plantaron mis padres eucaliptos en diversos
terrenos de su propiedad, inculcándonos a nosotros el cuidado y amor a las
plantas, recuerdos vivos quedan, que cuando regábamos las plantas,
encontrábamos animalitos que crecían junto a ellos, mi madre nos manifestaba
que “ellos son los cuidadores y que teníamos que quererlos”. En Satucorral,
también crecieron frondosos árboles, lo que por noticias se enteraba don
Ricardo Salinas Vara, su ex propietario, quien incrédulos refería a mi madre “como
pudieron hacer crecer dichas plantas en ese lugar”.
En el hermoso valle del
Pillco, rodeados con sus tradicionales cerros, se albergaba el anhelo de
ver un Huánuco diferente, más humana y en armonía con la naturaleza.
Conversando con viejos amigos, pude conocer la pasión del maestro Juan Ponce
Vidal de querer un Huánuco reforestado, sembrar árboles en los
cerros de acuerdo a su adaptabilidad. Predicó el mensaje, escribió su libro “Árboles
del Perú” y sembró, puso en práctica su deseo, plantando árboles en la
zona de Puelles.
El mensaje, el espíritu
incoado en la “fiesta de la planta” pues dio frutos, directa o
indirectamente, ahí están unas muestras, seguramente mejores sucesos se tendrán
en mente. En la misma línea y parar cerrar esta descripción, en el distrito de Amarilis,
en el “Bosque de la Memoria” que promovió la municipalidad de
Amarilis, el maestro Camilo Roncal Montoya, con entusiasmo promueve la
plantación de un árbol en homenaje al Dr. Carlos Showing Ferrari y
los caídos por el Covid 19 en la región Huánuco.
Por: Isaac
Laurencio Boza