KOTOSH Y JAVIER PULGAR VIDAL (*)
La trascendencia de Kotosh es
innegable, pero el papel de su artífice es ignorado por la historia oficial.
Espulgando estudios y testimonios, hallamos el vínculo del Dr. Pulgar
Vidal con su ubicación y conocimiento. Su afán en el quehacer humano,
surge desde sus primeros años universitarios, cuando conforma la “Oficina de
Orientaciones”, con el fin de guiar y reclutar estudiantes para la
Universidad Católica del Perú; en 1932 le nombran profesor Auxiliar de
Filosofía de la Religión, al año siguiente Auxiliar de la cátedra de Geografía.
La incorporación a la plana académica, fue a pedido expreso del rector y los
profesores.
En 1934 con ánimos
de explorador, “recorre el valle de Huánuco, encontrando al oeste de la
ciudad, en la margen derecha del rio Higueras (Mito), montículos de piedras y
restos de cerámica”; había descubierto las ruinas de kotosh.
Describió los pormenores del hallazgo y recogió cuatro kilos de material
arqueológico, que fueron llevados a Lima y entregados al Dr. Julio C. Tello;
luego de analizar las muestras, el sabio mostro gran interés y programaron
viajar a Huánuco. Llegaron en mayo de 1935, recorrieron diversas zonas
arqueológicas, estudiando el pasado y recibiendo enseñanzas, del quien el Dr.
Javier Pulgar Vidal consideró su maestro.
Irrumpen su fructífera actividad
científica y académica, cuando por razones políticas sale exiliado a Colombia
en 1948. La sapiencia del Dr. Pulgar Vidal, permite rápida identificación y
reconocimiento del pueblo colombiano, pero su preocupación por el Perú y cariño
a su tierra siguen latente. En 1954 se desarrollaba en Brasil, el
“Congreso Interamericano de Arqueología de San Paulo”, para el que prepara
y remite su ponencia “Los 21 Cotosh o Cotos”; la condición de
asilado impedía su presencia física. El evento es trascendente, porque avivo
el interés de los japoneses ahí presentes, para que años más tarde vinieran a
realizar las exploraciones, auspiciados por la Universidad de Tokio.
La relación kotosh-Pulga
Vidal y la cultura autóctona es perenne, sin él (Javier Pulgar Vidal) no
recordaríamos a Tello ni la llegada de los japoneses. Orientó desde su cátedra
de Geografía y Arqueología en la Universidad Católica, luego en la Universidad
Mayor de San Marcos, al estudio y la investigación de nuestro patrimonio
cultural. Nos resulta extraño, la elocuente omisión de su nombre en el “Museo
de Sitio de Kotosh”, que a diario visitan personas de diversas edades y
nacionalidades y no resaltamos la labor de este huanuqueño; como diría un gran
político y compañero de Javier refiriéndose a Túpac Amaru: “Es
preferible ver olvidado su nombre ahora –que ya resurgirá un día como bandera
iluminada de rebelión- a ver honrado en épocas como ésta”. El Dr.
Javier Samuel Pulgar Vidal, es el maestro que descubrió el Perú.
Entorno a la disputa generado
estos días en defensa de Kotosh, se evidencia falta de conciencia de la
población y la distinta valoración de cultura; nuestras autoridades es el
reflejo de esa realidad. No podemos construir identidad si desconocemos la
historia, ahí el problema y la causa de la crisis. Las decisiones autoritarias
siempre terminan mal, degeneran la sociedad y retrasan el desarrollo; no es lo
mismo cultura y moda, espectáculo. Superemos ya, el lastre de la década del
noventa, con quebrantamiento de normas, predominio de la ideología combi,
cultura chicha. Eduquemos a la población en cultura y valores democráticos y el
pasado milenario será motivo de orgullo y unión de todos.
Por: Isaac
Laurencio Boza
Publicado
en el diario Ahora
(*). Escrito en razón a la expedición de la Ordenanza N° 03-2012-MPHCO por el alcalde Jesús “Koko” Giles.